Ella era hija del Sol (Peregrina Flor)

Ella era hija

del “Sol”.

Del libro “Destino Sur”

Alejandra Sucre Pérez pasó dos años en París, le gustaba esa ciudad que era una mezcla exquisita de razas y costumbres. Pero quería regresar a su patria.

Francia nos espera, nos llama, los tíos en París y allá vamos, sí señor. Francia nos espera, siempre allí, la belle époque, la vie jolie, l´hereussement, les bons choses de la vie, la petite maison de la provence intèrieur, les arbes, les fleurs, et moi aussi, la tonte, l´oncle, la petite sophie, le chaleur, chez moi. Je devais penser à vivre à Paris. Mais ma soeur aime un italien, elle vive avec lui, elle l´aime, c´est la vie, c´est tout.

Se ríen por verme triste, saben que no tendré futuro, ni hijos, ni nada, nada hay. El pasado mío largo y tendido, mejor no recordarlo. Mi vida es así y ya está. Dios no se acordó de mí, pues ya tendría novio, ni para eso tan sencillo y fácil quiso ayudarme. No caminaré bien porque no le importo, por eso mis pecados serán grandes, llena de contradicciones mi vida y luego, sólo luego el remordimiento, mal alimento y ganas, muchas ganas de pecar más, como una loca fuera de sí, al extremo, como buscando fuerza en eso, donde no hay ni un gramo. No hay nadie esperándome con un anillo de diamantes, nadie amará mi alma, debo llenar mis días con la soledad y otras cosas sanas, debo proporcionármelas yo misma, pues ¿qué puedo esperar de Dios?.

…Sé que Dios me va a castigar con la “no boda”, por eso he pintado al óleo y con las acuarelas, pensando en mi cabeza lo que en un futuro tendré que hacer, pintar con colores variados y llorar como una idiota, llorar como una petunia que se cae de pena, como una luz que se apaga en la habitación sin ventanas, como un sol que se esconde de mí, debo aprender a vivir así, sola como lo estoy, ¿quién va a querer estar conmigo?, ¿quién? va… a dar el paso al frente. Nunca, nadie, nunca jamás.

Nunca me casaré, a mis 39 años veo el futuro con otros ojos, no quiero dejar huérfanos ni una boda pudiendo ser abuela, soñaba con casarme muy joven, no vieja ni llena de grasa, no aparecerá el señor, no me querrán, pero dibujaré, haré trazos, caminaré aunque tropiece y dormiré mucho: ayayaaaayyyy… Esto es el colmo de males, aunque nunca me case quiero y espero el nuevo día.

No hay un varón para mí, por eso pintaré paisajes sin árboles, reiré cual paloma gris y pasajera, lloraré lágrimas de horror, me miraré en el espejo, yo… y además sufriré. No le conocí en este mundo horrible, por eso: cantaré a las golondrinas y no al revés, me suicidaré, sin que sea pecado, cuidaré gatos, gatas, gatitos, veré la televisión en pantalla plana, me moveré en mi vieja bicicleta lila, porque aquí los hombres no han conocido la realidad del mundo, no saben de felicidad, pero yo tampoco supe, no hubo nada para mí.

No hubo alegría ni dicha, no hubo triunfo ni gloria, no hubo éxito ni orgullo, no victorias, no ganancias, no puntos a mi favor. Dios si me ayudaras aunque sólo fuera una vez, que por pedir no sea, quiero sentirme bien en mi piel, entre los que puedan estar conmigo y no vivir asustada todo el tiempo de mis meses, no eso, eso no, no por favor, líbrame de la maldición secular, dame salida, suerte y una oportunidad, salud, franqueza, morir dignamente, dinero suficiente, triunfo, ilusión, vivir tranquila, tener un futuro, verme delgada, vestir a la moda, poder soñar, soñar con el amor, olvidar los malos brindis de mi vida, los que tanto mal me han hecho y librarme de las cadenas de fuego que tengo atadas a mis piernas y de esta pesada lucha interior que me puede.

2010 o 2011, Venezuela nos espera de nuevo, grande tierra, extraña tierra, roja, azul y amarilla, verde como la esperanza de los que saben diferenciar lo bueno de lo malo y ejercerlo. Tierra de las hijas del Sol, espéranos, sin que se entere la gente, nadie por favor, sólo nosotras, nadie más.

Fantasías que no poesías, fantasmas de mi mente que parecen poesías. Poesía eres tú. Soy yo, fantasía y poemas, amor y gloria. Pedazos de mi corazón, de mi sangre, de mi alma, fantasía eres tú. Se refleja en mi interior, mi estupidez de un momento o mis sentimientos muertos, eso sólo es fantasía, sólo eso, lo que hay aquí. Nada más.

La virgencita es lo que más aprecio. Me gusta el blanco puro, el azul del cielo, Chiquinquirá, Betania, Guadalupe, Covadonga, la dulce, la amorosa, la amistosa y la guapa. Blancas flores de luz, blanco, siempre blanco, no rosa ni morado.

Puras son, como muchos, que lo ejercen en casi todo lo que se puede en esta sucia sociedad, puras cual el viento nuevo, viven con el amor de Dios. Lo son en serio, buscan su amor, dulce como la luz del sol, brillante como una estrella clara. Son ellas.

No me iré, en el fondo de mi ser lo sé, no hay otro espacio para mí más que éste en el que me encuentro. Nunca me iré, siempre presa de estas cuatro paredes francesas, Alejandra, aquí seguiré, envejeceré sola, puede que algún día llame a mi puerta el amor, no es poético lo que cuento, son cosas que pasan aunque no las busques ni las desees. Irse cuesta dinero, empezar una nueva vida puede costar más. Sé que ahora no soy del todo dueña de mi vida, pero dentro sí lo soy y dentro es dentro de mí. Es absurdo, soy nómada y ya me parece que llevo mucho tiempo aquí, mucho para mí, debo buscar nuevos rumbos con la imaginación, $ no hay. El dinero es como un velo que te impide ver la verdadera felicidad.

Me corté el pelo yo misma, con mis manos y unas tijeras, con arte y con maestría, con mi reflejo en el río, con maña, la propia; con talento, el visible, con infinita paciencia. Me corté el pelo yo misma con pura ciencia, con arquitectura italiana, con paz y sociales, con económicas (gratis), con mis manos pigmentadas, con mis tristes pies, con mucha cabeza en punta, con mi peine y mi escasa ambición, con el corazón uyuyuyayyy, con todas mis ganas, es evidente.

Creeré en Dios con oraciones en las noches frías, con bonitos paisajes de televisión e ilusiones que no morirán. Creeré en Dios, con el corazón en sentido poético, con el alma entera y la vida.

Creeré en Dios, aunque cueste en este mundo cruel y vagabundo donde nadie lucha por el bien. Seré la envidia de todos los que me han conocido. Dios no me abandonará si pienso que es justo, leal, hermoso, exacto, cordial y supremo.

Buscando la paz más no el caos. Buscando en la paz misma paso a paso, uno tras otro buscándote, soy la amiga oculta del sol, la que tiene ganas de gritar: Vía Láctea, Galaxia, Dios. Sicilia, jo ji ju… yo, JA JE, JIJI. Nunca me busquéis porque no me sentaría bien.

En la sombra, en el anonimato profundo, en el preludio y amando las letras y las bellas artes en profundidad y viendo tanto enamorado de la ciencia que no se podría enamorar de mí, no debe importarme, salvo que yo me enamorara de ellos. Entonces sería un problema que viviría en mi cuerpo, en el pensamiento que produce el rechazo porque no somos compatibles… en el adiós cierto, sabiendo que no hay futuro.

La luz está en mí porque tengo carácter de estrella de cine y me gusta el espectáculo y dar la nota en todas partes, vive en el sufrimiento y el conocimiento pero también en la salvación. Si se aman dos ángeles será una batalla ganada, aprenderé a amar mi luz, porque mi luz es mi luz y me podría alumbrar como el sol. Sólo hay un camino, aquel que te marque el resplandor.

Hago lo que sé y sé lo que hago. Pienso lo que hago y hago lo que pienso. Si por mí no pensé pues pensé en los demás antes, ahora, quiero pensar en mí, quiero reflexionar y ganar que otros todo lo han entregado a ideas equivocadas, yo a sólo ideas. Nunca habrá un hijo/a, a nadie le importa, todos tienen. Es la historia, los pasos que se dieron, se puede pedir de todo, menos a Marte. Las sombras no tienen luz, no hay verdadera virtud… pero el alma se salva con Dios. No quiero perder el camino para salir de mi caos, quiero mover los hilos necesarios para encontrar la salida, no quiero romper el cristal, no destrozaré todo a mi paso.

Me gusta Marcelino, le conocí en otoño de 2003, le volví a ver en vacaciones, le comuniqué con la mirada amor profundo, sagrado, de otoño que llegará a invierno. Hasta la tercera edad seguiremos juntos, rotundamente, definitivamente. Nuestro amor.

Me van a dar una chaqueta muy abrigada en Recursos Humanos, la pondré cuando salga hacer fotos, en diversas ocasiones para salir a pasear, para andar en lancha de motor, su color azul o rojo, la pondré para volar en avioneta, será maravilloso, con su pantalón y sus zapatos a juego saldré cantando, va con cualquier cosa, tenis, zapatillas, camisas. Es regalada, luciré muy bien y por siempre la tendré, a mi medida, de mis colores, gracias.

Un bolígrafo azul cielo para los incapaces de romper barreras, amar la virtud y la gloria… para preguntarse porque la felicidad no se encuentra fácilmente, no quiero el bloqueo y la timidez, busco la libertad en un boli azul, una llamada telefónica, una obra de arte, una poesía. Así estoy filosofando… él ya está tonto de nuevo, ya me ha visto sin habla y bien. La barrera, otra vez ella, pero no puedo soltar el boli… Dios pensará en mi muerte, que sea sin sufrir, él que puede ser la luz, el que mueve el sol… que me cuide bien… que nadie le recuerde con rabia, piensa mi cabeza que se ha arrepentido de lo de su hijo y ahora buscará la paz a tiempo y por medio mío.

Regresaré a Venezuela, país de América del Sur, de bandera amarilla, azul y roja, con siete estrellas blancas, hay quienes la aman, hay quienes quisieron olvidarla, y hoy, soy yo la que la recuerda. Venezuela tricolor, nos llamó nuestra mini hermana Laura para que volviésemos allí, allí nuestro apartamentito, buen comienzo, Venezuela fue mi cuna, es de mi piel, de mis ojos, lo mío es querer y no querer, poder querer, desear disfrutar, con permiso, se te ama y se te odia, se te llora como yo cada minuto que pienso en todo lo que encierras, pronto juntas estaremos. Sabiendo que seremos uno nuevamente. Dios nos ampare para verlo, Venezuela triste, alegre, deficiente, yo desearía que inocente y decente. Ejemplo mundial. El Limoncito, Plaza Bolívar, Nuevo Circo, Parque Carabobo… allá quedó mi vida, sólo regresando sé que olvidaría mi hoy, sólo allí encontraría mi alma el descanso celestial. Allá por El Naranjito, Chacao, Sábana Grande, Avenida México, Petare y Chacaíto. Allá por Caracas grande, allá sin más, sin más allá.

Vida complicada, temas diversos y yo, que inocente voy de paloma blanca, loca del valle melocotón que juega con el viento juguetón. Impresionista al extremo con lentitud de acciones y con rencor y él… que me mira desde la otra calle, que me cantó mentiras, objeto de deseo, que no soy yo la que va de boca en boca, el teatro, el arte ni todo lo demás. Gorda de base, loca sin boca, necesito viajes, balneario, suspense, frío y sed y poder saciar esta especie de hambre.

Soledad inquietante, distante, complicada, sociedad sucia, que no se da cuenta de nada y sin embargo nada en la playa de Niza. Se solucionaría todo a mi favor, sin aprendizaje, con la vida sin rumbo, sin memoria, sin cubrir crucigramas, sin método que permita la trampa, sin gracia, las que tú tienes, sin categoría, mi vida transcurre lentamente. Es sólo eso: vida.

Precaución al instante, protección para ellas, perdóname lo malo, triunfo y felicitaciones, quiero inteligencia, alegría y paz. Existo y doy pasos, uno tras otro y sin quebrarme, viéndolo todo transcurrir, pero soy débil y caigo y deseo a mi moreno que no, que no, yo sé lo que es no.

Encausarse, encontrar el objetivo, la protección divina, obedecer, querer, encontrar la llegada a la meta que quiero y merezco. Encontrar las respuestas a los problemas de este mundo.

Todavía falta un universo, un océano, un mar rojo, un tú y yo y un «te quiero» que no se podrá pronunciar «jamás». Pasos doy, pasos dan, pero aún falta mucho aunque crea en él.

Aún falta un mundo III, por quererte tanto, por besar tus labios de sol, por amarte en las noches turbias, aún falta un mundo de todos incesante y franco, cual flor piadoso, tolerante y casto y yo, que salgo sin nada saber del cascarón triste y plateado ya no vivo, muero día a día, me quemo, soy paloma triste en el alba con alas de limón y que descubre América…

Puedo estar aquí horas mirando el mar azul y sus olas, buscando en las sombras del mundo rostros iluminados por la paz, viendo llover gota a gota, y la tormenta que hace que anochezca en el campo, puedo estar así horas, en paz, con mi estrella, acostada sobre el campo, entendiendo de Dios, razonando sus empujones terrenales y mis caídas de la moto.

Seré feliz buscaré la alegría en los ojos del sol, en los ruiseñores del campo, en los brazos de aquel que me amará, lo sé con el alma, será una unión universal, todo deberá acabarse pronto, moreno es el sol, el trueno aparece y gana la batalla… la tormenta y el rayo y el diluvio se apoderan de mí. Con el mar llegaste a mí y a orillas de un río caminamos pensando… ¿cómo no amarte?, nada me falta cuando te quiero, vamos de la mano siempre mirándonos, nunca nos separaremos porque es eterna nuestra voluntad y podemos demostrarnos amor. ¿Cómo no amarte?, sería hasta pecado, de los grandes, pues todo lo tienes de arriba abajo, nada te falta. ¿Por qué no quererte?, si eres mi sueño, quiero andar contigo de la mano siempre, nunca, nunca y siempre. Siempre amarte, nunca separarnos, juntos porque hay química y hay religión, si es que yo también soy capaz de sentirla.

Que trabajen ellos el viento, que tanto esclavizan mi ser y pena, que muevan sus huesos de arcilla y saquen productos que hacer, que hasta hacen mal, de verdad. Que curren un poco, que yo también lo practico, que muevan su esqueleto, sus huesos tuertos, que se maten con un «muere», de diablo a diablo, que se tiren piedras de cemento, que se lo merecen, que a nada se llega o se llega a todo… según seas. Renunciaré a la muerte por ver el sol brillar en el firmamento, el viento acariciar mis lamentos, el dulce ensueño de la medianoche, el canto celestial de la madrugada que se refleja en tu mirada de plata. Renunciaré por ver vestir a la luna de sol, romperse las estrellas de cristal, cantar mil angelitos al viento y mientras Dios pintará el cielo de metal. Lo haré por hablar de tú a tú, por verte, por pillar un beso tuyo al aire, por tocar tu bello pelo de arena y tus ojos poder acariciar con los míos por siempre. Renunciaré para poder llevar dentro algo tuyo, por dártelo y quererte eternamente.

Pinto flores de colores variados y hermosos, de sabores dulces y amargos, de tinta azul y roja, de brillos grandes y pequeños, de luna llena y menguante, de estrellas radiantes por ser ellas blancas, espectaculares. De azul mar y cielo, rojas y amarillas, como el oro, melocotones como naranjas. Y tú, mi cielo, en mi vida, sí que sí. Sin saberlo yo.

No soy la que tenía que ser, pues por mí otro debería de estar, el grande y no la pequeñita. Para ello tendrían que haber sido distintos, entonces todo sería correcto. No yo, diminuta y torpe. Lo correcto es lo que ahora se hace, no lo que se hizo, han muerto seres, se apagaron luces sin merecerlo, sin vencer las bombillas de las lámparas.

Me siento distinta, los demás habitantes de mi querido planeta están a un lado, yo al otro. Siempre contrarios y sin embargo juntos bajo la luz del padre sol. Temo al final, a la angustia, a que Dios se olvide de mí, nunca me dejes, usa tus armas, de las fuertes, hazte presente, a costa de todo y de todos. Demuestra que pones orden, que eres el jefe mayor y cuidas a los que insanos seres desean dar un violento fin.

Azul cielo, allí sueño ir algún día, no a otro sitio, azul bonito y elegante como el azul del mar, como el terciopelo de la ropa de los escaparates de moda, hermoso y constante, que no cansa a la vista, azul de ensueño, abrigo de noche cuando está todo negro, digno del amor de esta loca menguante, eres mi rescate, mi fe y mi meta. Llévame color azul.

Un pino se está muriendo en el edificio mío, un pino se va al basurero y está agonizante en el suelo. Se secará a la vista de todos aquellos que aunque sientan piedad nada querrán hacer. Un pino con lazo magenta, un pino que no merece morir. Un pino de noche buena. Pido que se salve, es pobre y no tiene piernas, no boca para pedir auxilio, pero yo puedo escucharle y si pudiera… si pudiera sacarme estas cadenas de las manos lo plantaría en un jardín con tierra abonada, le cantaría en las noches frías, acariciaría su tronco y sería mi mejor amigo.

La niña que ya no es, la niñita de Dios, la chica que ya no es chica, ni naranja, ni zumo de limón ni buena pieza ni está triste. No, no, no. No debe morir nunca, no sufrir, no perderse en la sombra, no acabarse. Nunca más. Le tocó servir, apagarse, dormir en una húmeda habitación sin luz solar, no poder contar estrellas, no rezar a la luna ni ver un amanecer. Le tocó, pero ya no es niña… lo recuerda, pero ya nada puede cambiar del pasado que pesa, pesa duro, la hace ser quien es. La niña que ya no es ni será… ni será, ni será.

Queda poco para el quehacer de todos los días, queda poco y nada más que eso, que encuadernaciones nos esperan hoy… Cuento hacia atrás… 5 4 3 2 1, ya. Falta poco, para es necesario… valor, convicción, fe. Poco para trabajar, poco para ponerse nervioso con las nuevas composiciones… la relajación tardará en llegar tras la labor, tras los tropiezos, la lentitud, las enfermedades mentales que todos nos cargamos, la lucha, la ira y las consecuencias… también.

Conoce la obra de la autora:

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Dibujo de Concha

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